Por Luis Pita.
Mi madre trabaja como profesora de universidad y mi padre como policía. También mis abuelos eran asalariados de empresas, por eso desde pequeño siempre creí que la única forma de tener ingresos es trabajando en una empresa y ganando un sueldo. ¡Qué equivocado estaba!
Es muy importante saber que existen dos tipos de ingresos: activos y pasivos.
Los ingresos pasivos son los que recibes sin necesidad de un trabajo constante o una inversión regular. Por ejemplo, si eres propietario de un apartamento y lo alquilas a otras personas, el dinero que recibes es un ingreso pasivo.
Si eres músico y tocas en un concierto, el dinero que recibes por tocar es un ingreso activo porque requiere tu tiempo. Sin embargo, los royalties que recibes por tus canciones que suenan en la radio o en la televisión son ingresos pasivos porque no requieren más tiempo del que ya has realizado con la composición, interpretación y grabación de la pieza.
Los ingresos pasivos tienen una gran ventaja. Aunque requieren una inversión inicial de tiempo o dinero, después no requieren de tu trabajo. Por eso te generan una enorme libertad financiera. Estas son cuatro fuentes de ingresos pasivos que puedes generar fácilmente:
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