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Cómo me convertí en una gran ahorradora en 12 meses

Cork, Irlanda. 2016

Buenas a todos, amigos ahorradores. En primer lugar, quiero dar las gracias a todos los que comentasteis en el post anterior. Muchas gracias por vuestra participación y os animo a todos a que me preguntéis lo que queráis.

En el post de hoy quiero hablaros de lo que me llevó a convertirme en una gran ahorradora. Qué fue lo que hizo click en mi cabeza para tomar las riendas de mi dinero de forma consciente y enfrentarme a ese bloqueo mental que tenía sobre las finanzas en general.

Para empezar, os contaré que antes de ser una buena ahorradora, tuve problemas económicos debido a una multa que me pusieron con 18 años y que fui arrastrando durante mucho tiempo, así que cuando pude pagarla para entonces la multa ya había ascendido a una gran cantidad. Además, me tocó pagarla en el peor momento, cuando vivía en Irlanda y acababa de dejarme gran parte de mis ahorros en estudios, alojamiento, formación y todo lo que conllevaba vivir en otro país.

Entonces me di cuenta de lo manirrota que había sido toda mi vida, de lo inconsciente que había sido gastando todos mis ahorros y de lo ignorante que era por no tener un colchón que me aportara tranquilidad por si tenía que afrontar inmediatamente algún problema en el futuro.

Es verdad que muchas veces aprendemos a base de golpes y para mí esta fue otra lección más que tuve que aprender así. Además, observé a mi alrededor y las personas de mi edad lo estaban haciendo casi igual de mal que yo con su dinero.. 

Así que decidí fijarme en las dos personas que para mí siempre han sido un gran referente en la vida: mi padre y mi abuelo. Los dos son personas que lo han hecho muy bien con su dinero pero cada uno de manera diferente. Mi padre siempre ha sido una persona muy generosa con los demás y con él mismo. Nunca se priva de nada y le gusta mucho invitar a sus amigos, familia, etc.. porque le hace feliz gastar su dinero así. Para no privarse de nada y poder darse los caprichos que ha querido, siempre ha sabido muy bien cómo invertir su dinero y cómo ganar más, por lo que jamás gastó por encima de sus posibilidades y nunca se endeudó. Por otro lado, tuve la figura de mi abuelo como buen ahorrador, ya que él siempre me decía que si ganaba 10, gastara 3 y ahorrara 7. Mi abuelo trabajaba mucho y muy bien, por lo que también pudo permitirse dar una buena educación a sus hijos y una buena vida a la familia. Así mi abuelo se convirtió en el primer preahorrador que conocí, término que descubriría más adelante y que a vosotros, mis queridos lectores, os explicaré en el siguiente post.

Entonces, desde mi amada tierra irlandesa, decidí poner en orden mis finanzas fusionando las lecciones más importantes que había aprendido de mis dos maestros: ahorrar, no endeudarse y disfrutar de la vida sin llegar ahogada a fin de mes.

Para ello, el primer paso que decidí dar fue crear un colchón de ahorros que me serviría para pagar imprevistos si me volvía a ver en algún apuro. Y fue lo mejor que pude hacer, porque más adelante me vería envuelta en otros gastos que no esperaba.

Para crear un buen colchón es fundamental que primero analices y conozcas tu situación económica actual y real. Así que lo primero que hice fue analizarme y saber:

Cuánto dinero tengo: este dato era fundamental para saber desde dónde partía mi  

            situación financiera.

Cuántos ingresos tengo: tenía claro que un 10% de mi sueldo mensual tenía que ir 

            para mi colchón de ahorros y no podía tocarlos.

Gastos fijos: aquí entraba el alojamiento, comida, internet, móvil, academia y 

            transporte.

Gastos variables: este paso era un poco más complicado de calcular, ya que 

            variaba dependiendo del mes. Aquí tenía que tener en cuenta mis gastos de ocio,  

            ropa, regalos o viajes y a veces tenía que elegir o dar prioridad a lo que me apetecía 

            hacer realmente para no gastar por encima de mis posibilidades.

Deudas: saldar mi deuda era mi principal objetivo para poder estar tranquila y 

            aumentar mi ahorro mensual. Por lo que destiné una parte de mi sueldo solamente a   

            la deuda y me puse como objetivo saldarla en 3 meses.

Gastos que tendré en 6 y 12 meses: conocer mis futuros gastos fue algo que me 

            ayudó mucho para poder establecerme metas e ir cumpliéndolas poco a poco. En mi 

            caso, tenía claro que me quería ir de vacaciones en verano y que ello implicaba 

            vuelos, alojamiento, etc.. así que hice un cálculo aproximado para ahorrar ese dinero

            y no tocarlo. Además, tenía varios exámenes que implicaban unas tasas que debía

            pagar llegado el momento, así que decidí hacer lo mismo, ahorrar ese dinero

            durante varios meses hasta que me tocara pagarlo y no tener que hacer un gran    

            desembolso después.

Y así, fue cómo empecé a dar mis primeros pasitos hacia el lado bueno, dejando atrás el lado oscuro de los excesos y el despilfarro.

En el siguiente post os contaré cómo teniendo en cuenta mi situación financiera, logré ahorrar sin esfuerzo y sin privarme de nada. Ahora, podéis dejarme abajo en comentarios todas vuestras preguntas y opiniones.

¡Hasta la próxima amigos!

Diario de una preahorradora

Como primer post de Diario de una preahorradora, me parece correcto contaros quién soy, a qué me dedico y lo más interesante para todos los lectores, de qué hablaré en el blog.

Me llamo Leticia, nací en Madrid hace ya casi 30 años y vivo en Madrid. Desde hace unos meses comparto casa con Charly, mi novio.

En la actualidad trabajo en Preahorro desde hace cinco años, ayudando a miles de personas a que tengan una gran libertad financiera y así vivan más felices y tranquilas sin preocupaciones económicas. Me gusta mucho mi trabajo y con él me paso muchas horas al día casi sin darme cuenta.

La intención y el motivo de crear este “diario” es el poder contaros mi experiencia personal sobre cómo logré conseguir una libertad financiera más elevada que la media de la gente de mi edad. Todo ello sin un gran sueldo y sin privarme de las cosas que más me gustan en el mundo y, que por desgracia, no suelen ser muy baratas: viajar y conciertos de rock.

Además, como he comentado antes, desde hace seis meses vivo con mi novio, lo que ha hecho que se multipliquen mis gastos fijos y haya tenido que reestructurar mis finanzas personales. Pero, por si esto fuera poco, antes de estos últimos seis meses estuvimos un año reformando el piso en el que ahora vivimos. Un año de facturas, obras, desconocidos entrando y saliendo de casa, incumplimientos de contrato, muebles que nunca llegaban, muebles que llegaban a medias, dolores de cabeza… En fin, todo lo que podía salir mal, salió fatal y reparar los desperfectos nos llevó más tiempo de lo que pensábamos.

Pero el bajón que dieron los números en nuestras cuentas corrientes fue inversamente proporcional al subidón de felicidad que sentíamos al ver cómo poco a poco llegábamos a nuestra meta a base de esfuerzos, dolor, sacrificios, sudor y lágrimas. Bueno, lo mismo estoy exagerando un poco. En realidad ni fueron tantos esfuerzos ni hubo tantos sacrificios, más bien llegamos gracias a la constancia de haber seguido una serie de acciones en el pasado que nos permitieron no caer en los dichosos préstamos bancarios, es decir, deudas con el banco, es es decir, el error más típico de cualquiera en esta situación. Error que nosotros no cometimos, aunque sí cometimos otros que os contaré más adelante para que vosotros no caigáis en ellos.

También he de confesar que tenía algunas ventajas a mi favor, pues trabajar en Preahorro y formarme sobre finanzas me catapultó a crear mi propio colchón de emergencias y poder tirar de él cuando más lo he necesitado, para no endeudarme. 

Reconozco que crear un colchón no me pareció difícil, lo conseguí como por “arte de magia”. Lo más difícil fue empezar, romper el hielo, agarrar las riendas de mi propia vida y reemplazar los malos hábitos por los buenos. Fue cuestión de formación y autodisciplina. Después sólo fue coser y cantar.

Pero esto no siempre fue así. Yo antes de formarme era bastante manirrota, me metí en algún que otro problema económico y no tenía ningún tipo de control sobre mis cuentas. En definitiva, iba como un pollo sin cabeza en el mundo de las finanzas y hablar de dinero me daba alergia, me parecía incluso grosero hablar de ello en público. ¡Qué equivocada estaba!. En el siguiente post os contaré qué fue lo que me hizo click en la cabeza para cambiar completamente el rumbo y convertirme en una de las mejores ahorradoras que conozco.

Participa en el programa Objetivo Libertad Financiera

libertadfinanciera¿Te gustaría alcanzar la Libertad Financiera como Horacio en Ten Peor Coche que Tu Vecino? Además de leer el libro si todavía no lo has hecho, puedes conseguirlo aplicando estas enseñanzas de forma guiada. En la web Preahorro.com he creado el programa Objetivo Libertad Financiera que te ayudará a lograr tus objetivos financieros.

Ya hemos ayudado a más de 6.000 personas a través de este programa gratuito a ahorrar un 20% de sus ingresos sin reducir su nivel de vida y a empezar a poner sus ahorros a trabajar para lograr la libertad financiera.

No dejes pasar la oportunidad de poner en orden tus finanzas y ahorrar 10 veces más que la gente de tu edad y sueldo. ¡Apúntate y empieza tu camino!

Emprender con un buen colchón financiero

Durante mi experiencia profesional en España, Francia y Estados Unidos, he conocido a dos tipos de emprendedores: los que repiten y los que no.

LOS QUE REPITEN

Algunos tienen éxito la primera vez que se lanzan. Pero son la minoría. La mayoría acierta la segunda, la tercera o la quinta. Como mi amigo Josh Schanker, fundador de Bookbub, la mayor tienda mundial de ebook gratuitos, que montó tres empresas antes de encontrar una que tuviera tirón de verdad.

Todos ellos tienen una cosa en común: antes de lanzarse, construyeron una buena red de seguridad, un buen colchón financiero.

Esta red de seguridad es fundamental, porque lo más normal cuando montas una empresa es que no funcione el primer modelo de negocio que creas. Tener un buen colchón te da tiempo para aprender, experimentar y encontrar el buen camino.

Y en el caso de que la primera empresa no te funcione, te permite repetir pasado un tiempo.

Mi amiga Cristina, por ejemplo, estuvo ahorrando durante dos años antes de lanzarse. Cuando acumuló el capital que se había marcado, dejó su puesto de directiva en una empresa industrial y puso en marcha un proyecto que la apasionaba desde que era pequeña, un hotel boutique. Un año después los resultados no la acompañaron, y decidió volver a la industria. En dos meses tenía un trabajo de directiva con un sueldo superior al que tenía antes.

En ese año había cumplido su sueño de montar una empresa, había creado una red de contactos nueva y encima había mejorado su situación profesional. Así que dentro de un tiempo, cuando encuentre otro proyecto que la apasione, repetirá.

Además de darte la oportunidad de refinar el modelo y repetir, tener un buen colchón financiero te da una gran tranquilidad como emprendedor. Te permite enfocarte en la parte más difícil de montar un negocio, encontrar clientes, en vez de sufrir por no llegar a fin de mes.

Por último, otra de las grandes ventajas de emprender teniendo un buen colchón financiero es que te facilita mucho la búsqueda de financiación, en caso de necesitarla. Los bancos son famosos por “ofrecerte un paraguas cuando no lo necesitas y quitártelo cuando empieza a llover”. Cuando empiezas tu negocio con un capital propio y una buena situación financiera es muy fácil que los bancos o los inversores privados quieran dejarte dinero o invertir en tu negocio. Además te coloca en una posición muy buena para negociar condiciones.

LOS QUE NO REPITEN

Conozco otro tipo de emprendedores que no repite. Son personas que se meten en enormes deudas con bancos o inversores antes de empezar. Algunos tienen éxito, pero la mayoría no. Y pasan el resto de su vida pagando este fracaso.

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Mi amiga Esther, por ejemplo, contrajo un crédito muy importante (ella y su madre) para poder montar un negocio de cuidado de personas mayores. El negocio no fue bien y cuando empezó a faltar en sus pagos con los bancos, la situación se tornó en dramática. Su madre perdió su segunda residencia. Esther perdió su casa y tiene una deuda con los bancos para los próximos 27 años. Ha sufrido varias crisis de ansiedad y ha jurado que nunca repetirá como emprendedora. Es una pena porque es una persona de enorme talento.

EL PASO CLAVE ANTES DE EMPRENDER

Si quieres asegurarte que tu experiencia emprendedora sea un éxito hay un paso clave que debes realizar antes de lanzarte: construir un buen colchón financiero.

Si no sabes cómo empezar, este ebook te ayudará a saber cómo tener más libertad financiera. Y si de verdad te planteas montar un negocio, no te puedes perder este programa gratuito.

Una vez montes tu negocio, te aconsejo leer este post resumen de la metodología lean startup.

El libro «Happy Money» nos enseña cómo ser más felices gastando nuestro dinero de forma inteligente

En un reciente viaje a Nueva York, cayó en mis manos el libro “Happy Money”, de Elizabeth Dunn y Michael Norton. Esta obra aborda un tema muy importante relacionado con el dinero y la felicidad: cómo gastar tu dinero de la forma que más felicidad te genere.

Seguir leyendo El libro «Happy Money» nos enseña cómo ser más felices gastando nuestro dinero de forma inteligente

Los mejores asesores de inversión de España

A todos nos encantaría tener un experto a nuestro lado que gestionase nuestras inversiones y nos hiciese ganar todos los años una media del 10% de rentabilidad.

Pero la realidad es bien distinta. Tal como hemos experimentado estos últimos años con las preferentes no te puedes fiar del director de tu sucursal bancaria para darte asesoramiento. Por eso tantas personas terminan teniendo que hacer ellas todo el trabajo sucio de gestionar sus inversiones.

¿Existe una solución a este problema?

La solución es Asesora.com. Te ofrece una lista de los mejores asesores financieros independientes en España. Para cada asesor tienes las opiniones de sus clientes, su formación, experiencia y titulación.

Además, puedes solicitar sin ningún coste una evaluación gratuita de tus inversiones donde podrás saber:

  • Qué productos estás usando que son buenos para tu banco, pero no para ti.
  • Dónde pagas una comisión excesiva o si estás corriendo un riesgo inapropiado.
  • Una recomendación concreta de dónde invertir tus ahorros para obtener mayor rentabilidad.

Monetizar el conocimiento

Eric Bernard es un amigo apasionado por el tema de la gestión del conocimiento. Aquí os dejo un artículo que ha escrito para nosotros, sobre el tema de cómo monetizar el conocimiento.

I – El micro conocimiento y las plataformas de micropago

2Cualquier conocimiento hoy en día, entendido como información que puede resultar de utilidad para otra persona, puede ser entendido como algo monetizable, es decir, algo que se puede convertir en efectivo, en dinero. El conocimiento se puede considerar un activo, es decir fuente de ingresos o de derechos de cobro, y la nueva plataforma o lienzo de la monetización y de la puesta en valor del conocimiento, es la red. Desde el apartado de las finanzas personales, al margen de lo que se contempla como profesión, el conocimiento puede ser una posible fuente complementaria de ingresos, que nutre el ahorro y la inversión, que es lo que permite plantear la posibilidad de alcanzar algo de libertad financiera, poder mantener el nivel de vida cierto tiempo, sin necesidad de trabajar o de alterar el nivel de vida.

Ese conocimiento que antes se podía considerar como algo que forma parte de la profesión o del capital humano, hoy se puede contemplar desde la óptica de la fuente de ingresos complementaria, asociado a una contraprestación que se puede generar en varias etapas u oferta de servicios, no solamente intercambiando capital humano o conocimiento aplicado por dinero, que es lo que ocurre cuando alguien trabaja en una empresa o por cuenta propia.

Nos encontramos por una parte con una cierta fragmentación de lo que puede resultar conocimiento monetizable. No solamente alguien que ha recibido formación en recursos humanos o en arquitectura, administración de empresas, albañilería o formación profesional, está en medida de ofrecer su formación, un cierto bloque de conocimiento y experiencia profesional, a cambio de dinero, en el mercado de trabajo. Gracias al desarrollo de la red, hoy en día estamos en la vía de poder monetizar lo que se podría llamar micro-conocimiento, la hoja de cálculo que sirve para presupuestar o hacer una previsión de ahorros futuros, una presentación en sitios como slideshare que tiene contenido relevante sobre un estudio de mercado o una explicación económica, o el tutorial de you tube, que se nutre de publicidad. A este micro conocimiento, se le asocia una micro-monetización.

El segundo punto de apoyo de esta nueva forma de ofrecer un servicio en forma de conocimiento, son las plataformas de micropago, como paypal, y posiblemente otras, respaldadas con medios de pago alternativos como bitcoin o blockstream. Alternativamente a ofrecer conocimiento asociándolo con un precio de venta, se puede considerar la donación, o el crowdfunding como formas de monetizar cierto conocimiento o idea de negocio, dejando a la comunidad que valore lo que se ofrece, no solo desde el punto de vista económico, sino también social. La valoración social del conocimiento toma relevancia en la red, frente a los tradicionales argumentos o ideas económicos de oferta y demanda.

El tercer punto de apoyo de la monetización del conocimiento es el desarrollo del micro star-system, la propia persona, que a través de su perfil profesional o de lo que presenta en las redes sociales, se convierte o se eleva a nivel de bién o servicio, más bién en algo más asemejable al show, o espectáculo, o al de la persona contemplada como ‘bién informador de utilidad para la comunidad‘, de algo que resulta de interés, no necesariamente conocimiento. En otros ámbitos, esto se puede ver con los youtubers que realizan tutorials, y con otros youtubers como el rubius que simplemente ofrecen videos cortos relatando su experiencia con videojuegos o en su vida diaria. Es pues relevante observar, que el conocimiento es solamente una parte de lo que una persona puede monetizar hoy en día, contemplando a la persona como un activo que se ofrece, que uno mismo ofrece a la comunidad.

 

II – La paradoja de la información gratuita

En el entorno del conocimiento, por otra parte, nos encontramos con la red, ante la paradoja de la informació3n gratuita, del conocimiento gratuito, del conocimiento aplicado gratuito o del servicio gratuito, como son los servicios que ofrecen sitios como facebook o linkedin. No cabe duda que a la gente le gusta compartir, opiniones, ideas, o conocimiento, facilitando el aprendizaje o desarrollo de habilidades y conocimientos a muchas personas, que casi siempre éstas últimas desconocen anteriormente. Hoy en día, todo o mucho conocimiento monetizable dentro de las distintas profesiones, está en la red. La cuestión o el cuello de botella, ya no es el acceso al conocimiento, sino el propio aprendizaje, posiblemente una de las nuevas claves de la monetización del conocimiento.

Simultáneamente, se observa también cierta precariedad laboral, la posibilidad de que un trabajo se quede obsoleto, sustituido por el ordenador, o por alguien que realiza ese trabajo de forma más barata en otro país, o en otra empresa, o en otras condiciones laborales, como asesor, o externo de una empresa, en vez de ser empleado indefinido.

La reconciliación de estos dos aspectos puede resultar un tanto inquietante: hoy en día, es necesario aprender más cosas, de forma sostenida, y a ser posible acreditadas, para alcanzar cierta estabilidad laboral o profesional, es decir una monetización estable del conocimiento, ya que muchas de estas cosas, que antes se valoraban con cierta prima, se convierten en algo corriente, no tan básico como leer y escribir, pero que muchas personas están en medida de ofrecer.

Una orientación pluridisciplinar, contemplarse como tal, entender el aprender y el aplicar conocimiento como una habilidad o metadestreza adicional, y adquirir acreditaciones profesionales frente a recibir el tradicional diploma, resultan ser nuevos ejes de la monetización del conocimiento en el trabajo y abren posibilidades de estabilidad en el trabajo, de creación de empleo, de nuevos ingresos, y de libertad financiera.

Puesto algunos de los nuevos ejes de crecimiento de la economía proceden de áreas en los que la tecnología y el conocimiento están presentes, la propia configuración de esta economía debería abarcar nuevas métricas, nuevas formas de medir la nueva riqueza de un país, y de la persona, nociones o valoraciones como el conocimiento interior bruto (CIB), medido en euros o en dólares, o en unidades de valor social, que pueden complementar a una medida más tradicional como puede ser el producto interior bruto o PIB. Esta nueva medida reflejaría las posibilidades que tiene el individuo en posicionar sus habilidades y experiencia profesional a través de micro valor añadido generado con nuevas herramientas disponibles en red, muchas veces gratuitas, o de posicionar bloques reconocidos o más tradicionales de conocimiento aplicado económico, el patente, los derechos de autor, o la marca registrada.

Posiblemente, gobiernos y los bancos centrales deban contemplar la posibilidad de emitir dinero respaldado por el conocimiento generado en la red, cuando ese conocimiento beneficia a otras personas. El conocimiento es un bien social, y la persona debe recibir recompensa por ese valor generado. Nuevas formas de micro propiedad intelectual podrían ser la respuesta a veinte años vista, el ‘knowledge-right‘, o ‘derecho de conocimiento‘, que complementaría al copyright, o derecho de autor, o la ‘explanation mark‘, la ‘marca de explicación registrada‘, que complementaría la marca registrada, lo que se denomina trademark en inglés, ambos aplicables a las hojas de cálculo, blogs, las presentaciones slideshare, o a los vídeo tutoriales.

 

III – La nueva valoración del trabajo y de la persona

Más allá de lo que puedan decir o indicar algunos agentes del mercado, véase empresas, o gabinetes de selección, posiblemente resulta saludable para cada uno, como miembro de la población activa, entender cual es el valor correspondiente a nuestra profesión o trabajo, de forma objetiva, en cuanto a la complejidad y el valor añadido que estamos aportando (más ingresos o menos costes para la empresa o a los clientes), y tratar de acreditar ese valor con varias opiniones, para generar un ‘suelo’ de compensación y de valor profesional monetizable, que una empresa o cliente no pueda echar abajo tan fácilmente, simplemente ateniéndose al mecanismo de oferta y demanda.

Por el momento, la monetización del conocimiento, muchas veces, se realiza en dos tiempos, uno correspondiente a la oferta de información o de un servicio altruista o gratuito para la comunidad, y otro, posterior, que permite ofrecer un servicio añadido o distinto, por ejemplo la publicidad en los vídeos tutoriales de youtubers, que sí se pueden monetizar, gracias a un volumen o número de usuarios interesados o reunidos por un contenido o conocimiento que es gratuito, y a la presencia de anunciantes aglomerados en plataformas de contenido masivo como lo es youtube.

La monetización directa del conocimiento no es algo muy común, la monetización ocurre en la segunda derivada, posterior. Una persona suela utilizar información disponible en la red para tener acceso a ejercicios o explicaciones que luego pondrá en práctica en una prueba de conocimientos que conduce a la acreditación profesional, que es la que le permite monetizar su conocimiento porque está reconocida. Un coach puede ofrecer una sesión gratuita mostrando parte de sus servicios a gente que podría estar interesada, y en una etapa posterior, cobrar al usuario o cliente por servicio más completo. En un marco más tradicional, la persona primero adquiere formación en la universidad, y luego se integra en el mercado de trabajo, aplicando y monetizando su conocimiento adquirido.

Cuando el conocimiento es el activo contemplado, para la persona que lo adquiere, y en concreto para el trabajador del conocimiento (en inglés knowledge worker), cualquier persona que trabaja con ordenador, el uso del tiempo disponible y la posibilidad de moldear ‘tiempo desestructurado’, es el nuevo dinero. Esto, en cierta forma, y la habilidad de aprender, es lo que tal vez, se asemeja más al propio dinero o más bién, al mecanismo de monetización. De nuevo paradójicamente, la persona llanamente interesada en aprender de forma genuina, simplemente por el placer de aprender, es la que puede llegar a realizar estudios complejos como el doctorado en física, que también paradójicamente, se valora en un área aparentemente distinta a la de física como la financiera, y se retribuye generosamente. El aprender por aprender, conocimiento aplicable o aplicado, se vuelve pieza clave en la monetización de ese conocimiento.

La habilidad con el aprendizaje y como abordar el tema de la vocación en el marco de una sociedad de conocimiento, son algunas de las cosas que contemplo en el libro que he escrito, el Compendio de Atenea, que va a publicar en un futuro próximo la editorial unión editorial, y al que podéis tener acceso aquí. Los cursos de formación hoy en día se miden en horas, no tanto en años, una vez entablada la etapa profesional, y esos cursos, se valoran en las ofertas de trabajo. De nuevo, monetización en dos tiempos, y anteriormente, una micro-inversión en formación, sostenida a lo largo del tiempo.

Así mismo, el número de seguidores en facebook o en cualquier blog, o de usuarios en cualquier plataforma, es lo que resulta monetizable para estas plataformas o para otros usuarios, y el acceso a este mercado de consumidores sociales es lo que empresas más tradicionales de consumo, o una entidad financiera que ofrece servicios de este tipo, pueden valorar, respecto a una comunidad cuyo objeto de inicio o fundamental, es o puede ser simplemente social. Resultan entonces muy relevante para las empresas y la propia formación del individuo, los aspectos relacionados con el comportamiento y la sociabilidad de la persona y de una comunidad. Entender como funciona la convivencia resulta algo de lo más provechoso hoy en día en el entorno de redes sociales. Esta forma de plantear la economía, no tiene mucho que ver, con lo que se ha venido viviendo y observando hasta ahora. Se aleja de baremos competitivos, favoreciendo lo social, requiere mayor cercanía con la comunidad, pide muchas veces, que lo que se ofrece, sea genuino, y no manipulado por una publicidad alejada del día a día de las personas.

5Frente a todos estos cambios, podemos dedicarnos a cultivar nuestra pequeña parcela propia de conocimiento con nuestras propias habilidades, con la óptica de un ‘artesano del conocimiento‘, centrado en entender los componentes del valor añadido que genera ese conocimiento, que puede ser modesto, y de cuidar su presentación final como lo hacía Stradivarius con sus violines, para el cliente que sea, interno, dentro de una empresa, o ajeno a la empresa o a su trabajo, en la comunidad. Esta actitud del artesano, aplicado al conocimiento, conocimiento descompuesto en bloques lógicos que aplanan la complejidad, y puesto de manifiesto con ordenadores, genera sensación de empoderamiento y permite dejar de lado o ir más allá de toda una serie de posibles argumentaciones o críticas procedentes del jefe o del directivo, si la situación es la de ser empleado o subordinado dentro de una jerarquía empresarial o de un tejido de negocio interdependiente. Con esta óptica del artesano, el trabajo rutinario deja de ser aburrido y cobra relevancia y significado, en sí.

Para fortalecer o favorecer la situación de libertad financiera, la persona puede tener un eje profesional principal, derivado de una carrera, pero también de una o más acreditaciones profesionales, que permitirá tener una comunidad profesional de apoyo. Desde esta base laboral, puede contemplar posibilidades añadidas o complementarias de posicionar o aprovechar su conocimiento o experiencia ofreciendo micro-conocimiento o aprendiendo en comunidades como quora, sobre algo que resulta relevante y de utilidad en su propia actividad profesional.

Eso requiere flexibilidad en la forma de abordar la etapa profesional, formas de reflexionar laterales y no solamente lineales, conciencia del nuevo papel sostenido de los micro-cursos de formación, y resiliencia, para mantener el equilibrio en situación de cambio permanente generado por una diversidad de opiniones en las redes sociales. Parte de la solución está en la propia comunidad, en formar parte e integrarse en alguna o varias comunidades en red, e ir moldeando la relación con esa comunidad, entendiendo como contempla el día a día. La sensación de comunidad y el grado en el que uno está integrado en ella, puede resultar a fin de cuentas, lo más provechoso en cuanto a monetización de conocimiento, y la comunidad y todos sus ejes de actuación, es lo que vendrá a ser uno de los puntos finales de la globalización en España, y en general.

Eric Bernard, analista financiero acreditado, miembro del instituto español de analistas financieros (publica artículos bajo el alias kihavah & shark)

Mindfulness y libertad financiera

La sociedad de hoy en día está frenéticamente acelerada. Y en todos los aspectos, los niños al colegio, la llamada mientras llegas al trabajo, el informe de las 9, la reunión de las 10, la de las 11, la de las 12… Parece que esprintamos desde el lunes a primera hora hasta el viernes por la tarde en una carrera en donde el oponente es cualquier persona en nuestras vidas. Cada vez tenemos menos tiempo para poder apreciar las cosas que verdaderamente importan. Y es que ni en fin de semana podemos relajarnos.

El consumismo aflora nuestros sentidos en cada esquina. No se pasea, se va al club de campo más caro de la cuidad. No se habla con la pareja, se va a las boutiques más caras. No se vive, se consume…

Esto hace que cada vez tengamos menos control de nuestras vidas ya que, o se está trabajando como esclavos, o se está gastando el dinero que ganamos mediante esa esclavitud llamada “trabajo”. “Gastar por gastar” es el lema que impera en nuestra sociedad y esto nos hace ser cada vez más miserables. Cuanto más gastamos, más dependientes somos de tener que volver al día siguiente a trabajar ya que no tenemos libertad financiera. Esto de la libertad financiera es básicamente lo que puedes estar viviendo al mismo nivel de vida que tienes ahora si dejases hoy mismo tu trabajo. La gente no entiende que es el más rico el que menos necesita si no que está obsesionada en entender lo contrario: el mejor coche, ni siquiera el mejor, el más caro. Las mejores prendas, los mejores restaurantes, etc.

Otro factor de vital importancia que la gente está empezando a asimilar, es el Mindfulness. Esta técnica ancestral consiste en la conciencia plena del presente mediante la meditación.  Como ya hemos hablado anteriormente, hacemos las cosas lo más rápido posible y sin pensar. Es más, cuando tenemos la oportunidad de pensar, lo evitamos poniendo la tele con el programa que más se parezca a un gallinero. Cada vez más son las personas que recurren al Mindfulness para hacerle frente al estrés diario generado por la crisis.

El Mindfulness consiste en breves meditaciones prestando atención a nuestra respiración. Al cabo del tiempo y si lo haces correctamente podrás hacer estas meditaciones en tu lugar de trabajo, mientras tus hijos de piden a gritos la merienda o en el lugar que te sea precios. Una de las empresas pioneras en este técnica aplicada al trabajo es Fidelia Group, incluso puedes disfrutar de un curso sobre Mindfulness gratuito.

Recuerda que la vida, tal y como se nos plantea hoy, es muy estresante, por eso has de tener varias cosas en cuenta, como la meditación, capaz de liberarte del estrés o la libertad financiera, tan útil a la hora de irte a dormir.

Si no quiero tener peor coche que mi vecino, quizás deba de cambiarme de casa

Guillermo Moreno Cuevas

Una alternativa para vivir por debajo de tus posibilidades es mudarte de casa o, incluso, de barrio. La estrategia empresarial de Downsizing, tan en boca de todos por la recesión, también se puede aplicar a la economía doméstica. Se trata de reajustar tu economía personal o familiar a vivir por debajo de tus posibilidades reales.

Para ello, el mudarse de una zona residencial a otra más económica, puede ser una alternativa para vivir con mayor holgura económica. Pero ten en cuenta que una decisión así no es tan fácil como parece. Como dice el refrán, “es muy fácil pasar del Panda al Porche pero del Porche al Panda no”. Un movimiento como el que planteo puede ocasionar múltiples trastornos personales, familiares y sociales como cambios de vecindario, de colegio, modificación de hábitos diversos, etc.  Cambiar de domicilio a una zona más económica afectará, queramos o no, a nuestro estatus. Las personas tratamos de cuidar nuestra posición social durante nuestras vidas, dónde estudiamos, dónde compramos, cómo vestimos, dónde salimos e incluso por dónde nos movemos. Sea cual sea el entorno donde nos movamos, el mantener un determinado nivel condiciona muchos de nuestros comportamientos de consumo. Para tomar una decisión así es muy importante el valorar el coste de oportunidad de esta decisión y, si es demasiado alto y la necesidad no nos ahoga, quizás no sea tan interesante este movimiento.

En una nueva realidad socio económico como la se nos ha planteado y en la que casi todos, queramos o no, y por primera vez en décadas vamos a menos, el vivir por debajo de tus posibilidades debe de ser una realidad en nuestras vidas.

Si estás de alquiler en una determinada zona, quizás puedas vivir más tranquilo mudándote a zonas más asequibles.

Seguro que en 7 km a la redonda, podrás encontrar casas a mejor precio. Si realizas un movimiento estratégico, podrás ahorrarte entre un 10% y un 25% en tu mensualidad de alquiler. Pero ten en cuenta que cuanto más te alejes del centro urbano, tus gastos de transporte también aumentarán, además de otros costes no económicos como el madrugar más y emplear más tiempo en desplazamientos si te alejas del trabajo o disfrutar menos de tu tiempo libre.

Para todos los que habéis comprado después del 2002, si no es una necesidad imperiosa y de extrema necesidad y si no queréis perder varios miles de €, aguantar y seguir pagando hasta que mejore la situación. Es una realidad que desde 2006 (máximos históricos del precio de la vivienda) la vivienda ha bajado entre un 30% y un 40%.

Según publican recientes estudios estadísticos, las métricas indican que en España el precio de la vivienda en 2012 se ha situado ya a niveles de 2002. Si has comprado en 2001 o antes, plantéate vender por lo que tu casa valía en el 2002 y, si te compensa, vende y vete de alquiler o cómprate una casa en una zona más económica.

Reflexiona bien antes de tomar una decisión y recuerda la ley del 33%. Ahí encontrarás útiles ideas para saber cuánto debes gastar en vivienda.

Guillermo Moreno Cuevas

Analista de tendencias de mercado

Image courtesy of Stuart Miles / FreeDigitalPhotos.net

Usa tus tarjetas sabiamente

Cada vez más, los españoles utilizamos para nuestras compras el dinero de plástico. Preferimos las tarjetas de crédito o débito al dinero físico. Por poner cifras, siete de cada diez españoles las utilizan diariamente y casi con seguridad esta cifra aumentará estas próximas Navidades. Por todo esto, es muy importante saber utilizar nuestras tarjetas correctamente para evitarnos sustos.

Aunque su uso es principalmente en los cajeros automáticos, cada vez se utilizan más en los comercios. De hecho, una familia paga, de media, unos 250 € al mes con tarjetas. A esto hay que añadirle el aumento que las ventas online están suponiendo gracias al ahorro de dinero y tiempo que nos supone, además de poder comparar precios fácilmente. En las compras por Internet, la tarjeta es la reina indiscutible.

Pero el aumento del uso de las tarjetas puede hacer que sea más complicado controlar lo que gastamos, algo muy a tener en cuenta en la situación económica actual. Por ello, te proponemos una serie de sencillos consejos para utilizar correctamente las tarjetas.

1. Utiliza tus tarjetas como una forma de pago alternativa. Facilitan los pagos, pero eso no debe hacer que compremos más. 

2. Se acerca una época de grandes gastos. Por eso, presta mayor atención a los descuentos y promociones que en algunos comercios que tu entidad bancaria puede ofrecerte por tener allí tus cuentas.

3. Ya sabemos que es difícil, pero intenta ser inmune a tanto anuncio y escaparate en estas fiestas. Gasta sólo lo que debes, especialmente si nuestra tarjeta es de crédito.

4. No te fíes, comprueba todos tus justificantes de pago pues, a veces, los bancos y las empresas de crédito pueden cometer errores. Por tanto, es recomendable que lleves un control de todas las entradas y salidas de dinero de tu cuenta corriente, así como de las compras que vayas realizando. Sé minucioso, no te cuesta nada y te ahorrará problemas.

5. Con las tarjetas, es más fácil controlar tus gastos si sólo tienes una. Evita tener muchas tarjetas.

6. Toma precauciones ante un robo de identidad o de tarjeta. Cierto es que esto debes hacerlo durante todo el año, pero como en Navidades  utilizarás tus tarjetas con más frecuencia, pon especial cuidado.

Con estos sencillos consejos las tarjetas serán una manera cómoda, segura y fácil de pagar, sin necesidad de llevar dinero físico encima pero también sin sobresaltos incómodos.

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